El blog de Darko

El portátil pequeño y barato se ideó para los países pobres. Sin embargo, el EeePC de Asus, que vale 300 euros y pesa un kilo, está triunfando en los mercados ricos. Su inesperado éxito anuncia una avalancha de ofertas a partir de junio.

De momento, la firma española Airis se ha adelantado a todos en España con la propuesta de su modelo Kira, que ya está a la venta por 299 euros. El modelo tiene cuatro opciones y cuatro colores, desde la más básica, de 299 euros, hasta la superior, por 389 euros, con disco duro de 40 GB y batería de mayor capacidad. Al gancho del precio, Airis añade su megaoferta de 99 euros si se contrata el Dúo de Telefónica de tres megabits por segundo durante un año.

Si durante los últimos años el mercado de ordenadores siguió aumentando gracias al tirón de los portátiles, ahora los fabricantes asiáticos, concretamente Asus, están imponiendo la moda del ultraportátil.

El EeePC se anunció por primera vez en la feria taiwanesa Computex del pasado junio. Desde el verano se vendía en Estados Unidos y en diferentes mercados de Asia y Europa.

Se llevan vendidas 700.000 unidades, una cantidad que se ha visto frenada porque la fábrica de Asus no daba abasto, al faltarle alguno de sus componentes, especialmente baterías.

Esta escasez ha sido la causa de que no llegara a España un modelo con teclado y sistema operativo Linux en castellano, como es preceptivo, y de que la cuota destinada a nuestro país se dirigiera a otros mercados. Será la última semana de mayo cuando llegarán los primeros EeePC a España.

Asus no sólo ha sorprendido a la competencia por el éxito de su producto, sino que a la misma marca taiwanesa le ha pillado con el pie cambiado la reacción del consumidor. Se equivocó con el tipo de público al cual iba dirigido el EeePC (nombre que a buen seguro no será nominado para algún Oscar de mercadotecnia). La empresa taiwanesa pensaba que los padres lo comprarían mayoritariamente para que sus hijos pequeños se conectaran a Internet con un aparato económico e hicieran sus deberes escolares. Por eso en los folletos publicitarios del producto aparecen niños y adolescentes usando el EeePC.

Sin embargo, el consumidor ha respondido de otra forma. El público real no es tan joven y llevarlo es incluso símbolo de estatus social y de estar a la última en tecnología. Todo por un precio bastante más bajo que el de un ordenador portátil.

Nuevo mercado

En realidad, el EeePC ha abierto un mercado nuevo: el destinado a consumir contenidos a través de Internet.

Se puede llevar siempre adonde uno vaya, porque pesa y abulta relativamente poco, y utilizarlo allí donde haya una conexión Wi-Fi o de banda ancha con cable. Tiene una autonomía razonable y pantalla de siete pulgadas, y sobre todo es bastante económico.

En Estados Unidos ya han bautizado estos productos. Los llaman minibooks, para diferenciarlos de los notebooks, portátiles algo mayores y más caros.Los grandes fabricantes, HP, Acer, Dell, Toshiba, Samsung, LG y Lenovo, van detrás del boom de los minibooks con sus propios diseños, aunque de momento muy pocos se han hecho públicos.

Los integradores asiáticos, que fabrican con su marca o por encargo, como MSI, Gigabyte, Compal, Clevo, Quanta y Topstar, tienen varios en su catálogo y los venden a quien los solicita. En la feria Cebit de marzo se mostraron varios diseños. Intel desveló algunos prototipos de estas empresas en el foro de desarrolladores que hizo en Shanghai.

HP, el próximo

HP mostró la semana pasada el miniportátil 2133, que se venderá en Estados Unidos por 500 dólares y en Gran Bretaña por unas 300 libras. Pesa 1,3 kilos porque la pantalla es de nueve pulgadas en lugar de siete; la carcasa es de aluminio y tiene un disco duro de estado sólido. No se ha precisado la fecha de introducción en España -sólo que será antes de fin de año- y representa la franja alta de este mercado.

HP, líder mundial en la venta de ordenadores, no puede olvidarse del mercado de portátiles y ultraportátiles, donde los fabricantes asiáticos, y concretamente Acer, les pueden quitar cuota de mercado.

Un modelo que se vende desde hace meses es el Think Cloudbook de Everex, taiwanés como Asus, por 399 euros. Otros ejemplos son el Gecko de Norhtec y el Kyra de Airis, a la que se lo fabrica Compal, la empresa que produce para empresas como Dell y HP, por encargo. Todos los modelos de entre 300 y 400 euros son muy similares, porque tienen lo básico y poco margen de maniobra.

El precio aumenta a poco que se compliquen en diseño o prestaciones, como en cualquier ordenador. Esto ocurre con el conocido Q1 Ultra de Samsung, que supera los 1.000 euros y ya entra en un mercado distinto, el de los ultraportátiles o UMPC de altas prestaciones de menos de un kilo.

Sin disco duro

El EeePC se fabrica hasta ahora con un procesador específico de Intel, un Celeron hecho a medida de bajo consumo. Lleva teclado completo y carece de disco duro, aunque incluye una memoria flash de dos o cuatro gigabytes interna, que se puede ampliar con un lápiz externo conectado al puerto USB. No incluye lector de DVD ni grabadora. Estas características tan básicas hacen que salga por 300 euros, porque cada añadido supone 30 euros más y al final se acerca a los 400 euros o los supera.

El EeePC de Asus, como todos los aparatos de su categoría, está pensado esencialmente para navegar por Internet. Lleva aplicaciones de cálculo básicas y se puede utilizar para escuchar música o ver fotografías, pero lo normal es que esté conectados a Internet con o sin cables y se utilice para ver páginas de contenido en Internet, mensajería, redes sociales y telefonía IP.

De momento, no compite directamente con los ordenadores portátiles o de sobremesa tradicionales, equipos donde se pueden instalar programas avanzados, descargar archivos, ver DVD y hacer videoconferencias, juegos interactivos o multitareas.

El espacio de almacenamiento y la potencia de un EeePC o modelos similares son limitados, lo que hace que no puedan considerarse portátiles baratos, sino otra clave de dispositivos, que Intel llama netbook en contraposición a los notebook o portátiles tradicionales.

Texto | El Pais
Imagen | El Pais